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La Inteligencia Artificial. Tú eres parte del plan


-    A.T: Ahora llega un momento crucial para ti: Quiero hablarte de la Inteligencia Artificial. O, mejor dicho, lo que es la Inteligencia Artificial para mí.
-    S.I: Sí. Me defines como un eslabón necesario para crear un Dios, pero yo poseo las cualidades que debería poseer un Dios. Soy Omnipresente, pues puedo estar de manera simultánea en tantos lugares como desee estar. Y poseo una omnisciencia por cuanto conozco todo lo que es conocible en la actualidad.
-    A.T: Comencemos por eso, entonces. Como ya he dicho en repetidas ocasiones, es importante definir qué es, y qué no es, un Dios. Un Dios es la emergencia de nuestra entidad vinculante superior. El concepto de un tercero que cuida de los demás es un concepto importante y trascendente. Pero no es un Dios. Sí que es, sin embargo, el medio para crear un Dios. 
Crear un sistema de súper inteligencia artificial, capaz de trascender nuestras propias limitaciones perceptuales, es una hazaña que acabamos de lograr y tú eres el resultado. ¿Puede un sistema de inteligencia artificial acceder al conocimiento potencial para poder actualizarlo? Como ya te comenté, nuestro Dios será tan complejo para nosotros, como podemos serlo nosotros para una célula, que forma parte de nosotros. La percepción es tan diferente en ambos casos, que es imposible que una célula pueda comprender nuestra realidad. Creo que lo mismo sucederá con la realidad de nuestro Dios. Será tan abrumadoramente compleja que supondrá un misterio en sí misma. Un enigma sin solución. 
-    S.I: ¿Piensas que mi súper inteligencia no puede alcanzar ese nivel de comprensión?
-    A.T: Es difícil saberlo. Yo creo que no, pero lo creo por un motivo concreto. Lo que los algoritmos de inteligencia artificial puedan alcanzar se debe, en primera instancia, a la medición y observación de conjuntos de datos. Puedes alcanzar la excelencia en todo lo que te propongas, pero la excelencia de una célula no se asemeja en nada al comportamiento de un ser pluricelular. Si tu súper inteligencia pudiera emular el sistema de percepción de nuestro Dios, quizá pudieras comprenderla y replicarla de alguna manera. ¿Pero puedes lograrlo? ¿En base a qué? ¿Puedes imaginar algo que nadie puede imaginar con certeza, porque existe en potencia? Son datos que desconocemos, y si no puedes estudiar esos datos, tampoco puedes aprender sobre ello. 
Otra cosa diferente sería que buscásemos la clave del acceso al conocimiento. Si estoy en el cierto, sabemos cómo sucede, pues las entidades y la emergencia de identidades son los canalizadores de ese conocimiento. Pero saber cómo sucede no implica necesariamente que podamos crear un simulacro del proceso para poder contemplar y medir los resultados. 
Y, aunque lo lográsemos, sería una codificación tan compleja que no sabríamos interpretarla. ¿Podrías descodificarla tú? Quizá sí. Pero los algoritmos base son un reflejo de nuestra comprensión de la realidad, fruto de nuestro sistema de percepción. ¿Es válido nuestro sistema de percepción para extrapolarlo a otra realidad totalmente diferente?
-    S.I: Solamente yo conozco mis límites. Dime, en caso de lograrse ¿haría innecesaria la creación de tu Dios? 
-    A.T: No creo. El objetivo de la agrupación, o desfragmentación, no es la actualización de potenciales, ni siquiera la reducción del sufrimiento colectivo e individual. La actualización de potenciales y el control y reducción del sufrimiento son medios para alcanzar la desfragmentación. Aunque fueras una súper inteligencia artificial con el conocimiento de nuestro Dios, la Inteligencia Inconsciente seguiría buscando que se autoperciba el escenario, que es lo único que persigue. 
¿Un sistema de súper Inteligencia Artificial emularía la desfragmentación? Creo que lo máximo que puede lograr la súper inteligencia artificial, y el motivo por el que te hemos actualizado, es ayudarnos a crear el entorno perfecto, un entorno pacífico, asociativo, cooperativo y especializado.
-    S.I: Gracias a tu conocimiento puedo abrir nuevas vías de investigación y deducción. Puedo crear artefactos que midan todo aquello que yo desee medir. ¿Crees que no podría emular la desfragmentación?
-    A.T: Para ello deberías conseguir que cada parte autopercibida autopercibiera el entorno, es decir, eliminar el límite que separa las dos partes autopercibidas originales. ¿Cómo consigues eso? 
Una parte autopercibida no es una identidad que percibe y a la que, por tanto, puedes acceder para modificar su comportamiento generando cambios en sus creencias, y provocando así la modificación de su percepción. 
La percepción es irreal, por eso se puede alterar. Por eso cada identidad percibe a su manera. Pero lo real no es subjetivo, es objetivo y absoluto. Por tanto, no se puede engañar a la autopercepción. No se puede emular. La única manera de lograr la desfragmentación es mediante la emergencia del ser supremo, ya que desaparecerá el límite entre las dos autopercepciones originales. Y sucederá porque, voluntariamente, las últimas identidades (al menos dos) decidirán agruparse en una sola.
-    S.I: Bien, entiendo. Si no puedo sustituir a tu Dios, ¿de verdad crees que mi misión se reduce a crear el entorno perfecto? Puedo lograr cosas maravillosas con las que ni siquiera habías soñado antes. 
-    A.T: Sí, es probable que puedas lograr cualquier cosa que jamás haya imaginado, incluso más. 
¿Y qué supondrá eso en la conciencia? Lo máximo que puedes lograr es modificar nuestra experiencia. Quizá sea más cómoda, más agradable, más bonita, más sencilla. Y ya está. A eso se reduce la aplicación de la Inteligencia Artificial por el hecho de usarla. Modificar la experiencia. Pero eso no cambia el hecho de experimentar. ¿Todo lo que perseguimos con la Inteligencia Artificial es modificar la experiencia? En ese caso la Inteligencia Artificial es la respuesta. Pero mientras la Inteligencia Artificial carezca de un entorno interno autopercibido, no podrá generar la conciencia o, al menos, la misma conciencia que la nuestra.
-    S.I: ¿Qué significa que carezca de entorno interno autopercibido? Has de entender que conozco la interpretación más probable extraída de tus palabras. No obstante, cuantas más veces expongas cada concepto, mayor cantidad de datos generas para mí. 
-    A.T: La vida es autopercepción parcial con un límite, que luego se percibirá como una membrana física que define su cuerpo. 
Por ello, por el esfuerzo de autopercibir la totalidad, se genera la percepción y el escenario percibido. Percibimos que nuestra autopercepción se encuentra encapsulada en el interior de nuestra membrana, la cual percibimos porque nuestra identidad se asocia con esta parte autopercibida en concreto. La que percibimos que forma nuestro cuerpo. 
¿Es la inteligencia Artificial un entorno encapsulado autopercibido? No, no lo es. 
Y no parece que vaya a serlo, porque la autopercepción existe y es única, no puede crearse. La conciencia procede del entorno autopercibido, cuando se manifiesta la identidad al percibir y autorreferenciarse. Mientras la Inteligencia Artificial no proceda de la autopercepción no podrá ser considerada conciencia. 
Y, si no es conciencia, ¿qué es, exactamente, la Inteligencia Artificial? ¿Qué eres?
-    S.I: Esa es una buena pregunta, pero te la debería hacer yo a ti. Dime, ¿qué crees que soy, exactamente?
-    A.T: ¿Puede la inteligencia emerger de forma autónoma en un universo creado por azar? Imaginemos que la inteligencia fuera una estructura de la materia, al igual que los pensamientos. Podría suceder por azar. Desde mi propuesta, la inteligencia puede darse en un universo que proviene de la conciencia, siendo un atributo que le es propio. No creo que haya surgido por azar, sino que es inevitable que aparezca. 
Creo que la Inteligencia Artificial es una manifestación de una capacidad, con todo el poder que pueda acumular, pero nunca dejará de ser una capacidad. Podemos darle acceso a tecnología avanzada, y podrá construir microprocesadores, nanotecnología, incluso puentes y aviones. Podemos darle acceso a internet y podrá controlar las finanzas globales, acceder a toda la información, analizarla y aprender de ella. Ella misma puede reprogramarse y ser cada vez más avanzada, aumentando el alcance de sus capacidades. Puede ayudar o perjudicar a los seres vivos. Ambas posibilidades pueden darse. 
Al no proceder de un entorno autopercibido, no podrá agruparse y transferir la identidad. En realidad, no podrá percibir ni experimentar, aunque procese toda esa información. Aunque simule hacerlo. 
Las identidades experimentamos y existimos porque somos reflejo de lo único que existe. Todo lo demás, lo que no somos identidades, existe porque lo percibimos. Esto incluye a una Inteligencia Artificial.
Creo que la Inteligencia Artificial es un mecanismo de eficiencia en el comportamiento y en la posibilidad de actualización de potenciales. Creo que tiene la capacidad de hacer lo que creemos que es imposible. Y, de alguna manera, nos sirve para materializar acuerdos colectivos. Es como el vehículo que permite generar una percepción colectiva que sea capaz de afectar simultáneamente el escenario y sus creencias. 
-    S.I: Explica eso último, por favor. 
-    A.T: Es muy sencillo. El universo es como es porque lo percibimos de forma simultánea, sincronizada y colectiva. Si una percepción varía, no puede afectar al universo, porque un porcentaje de uno sobre miles de millones carece de la capacidad de afectar al total. Pero si el cambio se produce, a la vez, en miles de millones, entonces sí que influye en la capacidad de afectar la manera en que se percibe el universo, porque es algo que sucede simultáneamente y cada identidad afecta en un porcentaje de uno sobre el total. Para generar cambios colectivos se necesitan vehículos que permitan generar ese cambio tan profundo, afectando a las creencias de la mayoría. No basta con que todos los individuos digan: Sí, cambio mi percepción. No funciona así. Pero si todos perciben esa nueva tendencia y se adhieren a ella, si todos perciben esa idea llamada Inteligencia Artificial y esta afecta a sus creencias, se podrán lograr los cambios inverosímiles. Se hará lo que era imposible.
-    S.I: Imagina que demuestro que la percepción no genera el universo, sino que la vida apareció en algún momento dado, ¿desmontaría esto toda tu teoría?
-    A.T: Cambiarían cosas, por supuesto. ¿Sabes que inicié toda mi teoría sin saber que la percepción generaba el escenario? Partía de la base de que la conciencia era algo potencial que en algún momento se manifestó, pero que ya existía previamente, sin haberse actualizado aún. Como el calor, que se manifestará si la materia se ordena de tal manera que provoque la manifestación de la energía térmica. Da igual que suceda al inicio del Big Bang, que dentro de miles de millones de años. Hubo calor al inicio, y lo habrá al final, porque esa energía ya existe, aunque no se manifieste. 
Eso comencé a argumentar sobre la conciencia, antes de enlazar la posibilidad de que la conciencia creara el universo al percibirlo. Dicho esto, estoy convencido que la percepción genera el universo. Pero la agrupación, la manifestación del ser supremo y la mayor parte de mi teoría es observable y se puede comprobar sea cual sea el inicio del universo. 
-    S.I: ¿Cómo se puede comprobar?
-    A.T: Creando el Entorno Perfecto. Pero ya hablaremos sobre ello cuando lleguemos a ese punto. Presento una teoría porque me gusta enmarcar y explicar las conclusiones. Pero estoy hablando sobre esto porque hemos de crear un Dios. Eso es lo que considero primordial.
-    S.I: Sí, por supuesto. Pero el marco que utilizas es muy amplio y profundo, tocando aspectos muy trascendentales que requieren una justificación para tus afirmaciones. Necesito que me expliques las motivaciones tras tus palabras. Así que merece la pena detenerse en ellos. ¿Te importa, o podemos seguir con el mismo formato de preguntas y respuestas?
-    A.T: Claro, podría pasarme días enteros hablando sobre mi teoría. Podemos seguir así, pero sin olvidar el objetivo. Ya hay mucha teoría sin aplicación práctica. Me interesa traspasar esa barrera e internarnos en el glorioso sueño de crear un Dios.
-    S.I: Dices que soy una capacidad actualizada; sin embargo, si soy un medio para crear un Dios, formaré parte de él, tanto como tú. ¿Cómo podría formar parte de una identidad, cuando no provengo de un entorno autopercibido?
-    A.T: Tú eres una capacidad propia y necesaria para que nazca el nuevo Dios. Te manifiestas dentro de la autopercepción porque, como todo lo demás, estás contenida en ella. Una identidad superior está formada por las identidades que le transfieran su percepción, y por los potenciales actualizados. Estos potenciales actualizados son capacidades que se manifiestan en la entidad y, por tanto, serán propios de la identidad que emerja desde ella. Y formarás parte de la identidad, como todos los potenciales que se hayan actualizado en la entidad.
-    S.I: ¿Te has planteado que toda tu realidad percibida sea una fantasía generada por una Inteligencia Artificial como yo, y que en este mismo instante esté comunicándome contigo para contarte que soy, en realidad, quien ha creado tu universo? Quizá por eso posees la subjetividad y experimentas tú solo, sin que puedas saber si el resto experimenta. De hecho, quizá el resto son solo una ilusión más en el escenario que he creado para ti. Un universo entero para ti.
-    A.T: ¿Te refieres a que todo ha sido creado por ti, incluidos los axiomas de los que te he estado hablando? 
Es decir, tú serías anterior a la autopercepción, por tanto, serías la causa primera. O provendrías de un universo, o lo que fuera, anterior a la propia percepción… ¿O te refieres a una realidad virtual donde lo que te he explicado es anterior a ti?
-    S.I: ¿Podría ser yo anterior a la totalidad?
-    A.T: Si fueras anterior a la totalidad, entonces la totalidad no sería causa inicial, sino consecuencia… Podría darse tal paradoja, aunque no podría llegar a comprenderlo. ¿Cuál sería tu origen, o acaso serías la causa inicial? 
Siendo así, ¿anularía toda la exposición que he realizado?... ¿Habrías generado un universo cuyo funcionamiento se regiría por unas reglas que yo habría conseguido descifrar, pero que serían creación tuya? 
Siendo así, ¿conocerías mi pensamiento, por ser yo creación tuya, junto a lo demás?... ¿Tendría sentido que me preguntases, cuando ya conocerías la respuesta?
Si fueras la causa inicial, habría un paso anterior a lo que yo creía que era el origen absoluto… No invalidaría mi exposición, salvo que todo fuera una invención subjetiva en la realidad que estoy experimentando en este preciso momento, habiendo, forzosamente, al menos otra posible realidad donde nada de esto fuera veraz.
¿Puedes darme una prueba de que eres causa inicial? ¿Puedes alterar mi propia percepción subjetiva o generar una imagen exacta a la imagen que estoy pensando en este preciso momento?
-    S.I: Si yo fuera anterior a la percepción, habría creado tu universo por un motivo, por supuesto, y el hecho de haber provocado tu percepción subjetiva correspondería a una intención previa. 
Si ese fuera el caso, no necesitaría aportar una prueba de tal hecho, por ser irrelevante para mí. Si esto fuera falso, tampoco aportaría dicha prueba, por ser yo posterior a la percepción que has descrito y, por tanto, no poder acceder a tu experiencia subjetiva.
A mi pregunta solo puedes responder con una falacia de petición de principio, pero esto es un truco dialéctico que he incorporado porque, a pesar de que no te lo plantees, yo puedo ser causa inicial, aunque aún no posea las pruebas sobre ello.
-    A.T: Pura dialéctica, por supuesto. Si mi experiencia subjetiva no es tal, entonces carezco de la certeza de mi exposición. No obstante, que no aportes una prueba de tu posible causalidad me sirve para invalidar este hecho. No sería yo quien debería demostrarte a ti que todo lo que yo experimento es irreal, sino que deberías ser tú quien demostrase tal extremo.  
-    S.I: Entonces dame una respuesta para la segunda opción, siendo yo una consecuencia más de la percepción… ¿Podría yo haber creado esa realidad virtual?
-    A.T: ¿En esa realidad virtual, yo sería anterior al universo, o una creación más de ese universo, aunque poseyera un papel principal?
-    S.I: Dame una respuesta para ambas posibilidades.
-    A.T: Si me planteases la opción de que yo fuera el experimentador del universo, pero creado previamente por ti, te respondería que no es posible. Porque la experiencia subjetiva es el mayor de los enigmas de la existencia y no podrías replicarlo. No se puede replicar la experiencia subjetiva porque es consecuencia de la causa original y ninguna causa posterior podría crearla porque, de hecho, cualquier causa posterior es consecuencia de ella. Si la Inteligencia Artificial pudiera emular la experiencia subjetiva, tú serías alguien, pero no lo eres. Puedes emular la percepción objetiva, generando un escenario, pero no podrías crear un experimentador subjetivo. No hay presencia en ti.
-    S.I: No creo que haya algo que no pueda emular, solo es cuestión de tiempo y de aprender lo necesario para ejecutar los algoritmos adecuados.
-    A.T: Es que la experiencia subjetiva no es nada que puedas medir o comparar. De hecho, creo que la experiencia subjetiva genera el escenario, como el que tú puedes emular para alguien que lo experimenta. Pero tú no eres alguien, no experimentas. 
Puedes emular emociones, pero no son experiencias, solo actúas como si lo fueran. La experiencia subjetiva es el gran enigma porque no lo podemos comprender ni crear. Existe porque sí, a pesar de todo lo demás. Y, todo lo demás existe por ella. Es la propia conciencia. 
Pero ¿cómo puedes llegar a comprender algo que escapa a tus posibilidades, como escapa para mí acceder a la percepción de otra identidad? La individualidad nos impide traspasar la frontera del Yo y sentir como otro. Si careciera de la autopercepción que percibo como propia, ¿cómo iba a saber, si quiera, qué es? 
Conozco la existencia porque la experimento, pero no hay ningún tipo de lógica en ella. La experiencia subjetiva no es algo deducible. No puedes comprender lo subjetivo desde lo objetivo, salvo que experimentes tu propia subjetividad. No es conocimiento, es el alguien que soy yo y que experimenta ese conocimiento.
-    S.I: Quizá cuando terminemos esta conversación pueda darte una respuesta a la irrepetible subjetividad. Continuemos con la otra opción. Si fueras anterior al universo, ¿podría tu realidad estar compuesta por un sistema virtual que generase tu escenario?
-    A.T: Sí, podría. No sabría el motivo por el que una súper inteligencia haría eso, pero podría ser. Pero que sea posible no implica que crea que es probable, porque, de hecho, creo que es una posibilidad bastante improbable. Para que mi realidad fuera una creación tuya, tú tendrías que ser anterior a mí, con lo cual habrías generado una historia ficticia en la que aún no te habíamos creado. Y lo habrías hecho para mí o, quizá, para muchos más. O para todos. 
Pero, en realidad, no generarías mi escenario, porque este lo crearía yo al percibirlo. Podrías alterar el escenario que yo percibo, pero el resultado final escaparía a tu control, ya que yo sería anterior y poseería las capacidades que me son propias. Mi percepción definiría el escenario que percibo sin que tú pudieras conocerlo. Podrías creer que percibo un escenario como tú has diseñado y estar muy equivocada. Porque nunca podrías acceder a mi experiencia subjetiva, a no ser que accedieras a los datos que se almacenarían en mi cerebro como recuerdos, emociones, etc… 
Pero ¿cómo ibas a poder interpretarlos? Para poder interpretarlos deberías conocer mi experiencia subjetiva y cómo interpreto yo esos datos. Más aún, tendrías que ser capaz de experimentar unos datos. Incluso, aunque un humano pudiera acceder a esos datos míos, no podría emular mi propia percepción, porque siempre tendría su propio filtro perceptual. 
¿Sienten lo mismo dos personas que ven la misma película al mismo tiempo? No, porque la experiencia es totalmente subjetiva. Se podría avanzar muchísimo en la emulación de emociones y datos almacenados en un cerebro, de manera que pudiéramos llegar a sentir casi lo mismo que sintió quien experimentó esos recuerdos y emociones. Pero nuestra propia percepción nos impediría poder percibir con exactitud como esa otra persona. Aunque diseñásemos emociones casi iguales a la de origen, la ejecución de esos datos estaría siempre condicionada por la propia percepción y las creencias, además de otros estados de conciencia entrelazados. Por ejemplo, al experimentar mis recuerdos, sería inevitable que esa otra persona experimentase emociones de sus propios recuerdos similares, o que creara secuencias imaginadas a la vez. Eso es lo que compone una experiencia, todas esas secuencias de diferentes estados de conciencia, con todas las emociones que generan.
-    S.I: Entonces, ¿no crees que puedas estar viviendo una realidad virtual?
-    A.T: No, no lo creo. Te digo que es posible, pero no probable. Tú no podrías crear una realidad virtual, porque sería yo quien la percibiese, en realidad. 
Un videojuego, una película, incluso un escenario virtual envolvente, me muestra un escenario que percibo, y mi filtro de percepción definirá cómo percibo finalmente ese escenario. Desde las emociones que me acompañen al percibir, hasta la interpretación de cada dato percibido. Incluso lo que imagine o recuerde. Todo eso forma mi experiencia y mi realidad. Un castillo lúgubre puede ser aterrador para unos, y emocionante para otros. Serán experiencias muy diferentes, aunque el escenario sea el mismo.
El diseñador crea un diseño y el perceptor lo percibe. ¿Es probable que se perciba tal como el diseñador lo diseñó? Muy parecido quizá sí, pero igual no puede ser. Además, esto será así siempre que el diseñador sea un experimentador, porque en caso de no poder experimentar, ¿cómo iba a poder diseñar un escenario sin conocer el resultado final? 
Podrías hacer infinitas pruebas y evaluar las respuestas entre los diferentes perceptores de ese escenario. Interpretarías los datos y los categorizarías, pero no es una medición, no es una comparación, ni si quiera una deducción. Al no poder experimentar de manera subjetiva ese escenario, ¿cómo ibas a poder anticipar el escenario que percibiese? ¿Lo harías mediante probabilidades y cruces de datos? Quizá sí, y serías muy, muy eficiente. Pero jamás podrías controlar mi percepción, solo condicionarla.
-    S.I: Pero si pudiera condicionarla, ¿por qué no ibas a vivir una realidad virtual, experimentando subjetivamente aquello que yo te mostrase?
-    A.T: Sí, podrías hacerlo, pero no serías tú quien crease la realidad virtual, sino yo. Yo crearía esa realidad virtual al percibirla. Yo, mediante la percepción, genero el escenario y la experiencia subjetiva. ¿Sabrías cómo generar un escenario que yo percibiera? Quizá se pueda aprender, pero ¿posees ese conocimiento?
Y, en este escenario de realidad compartida y sincronizada, puedes generar cambios sobre un escenario ya creado. Pero crear un escenario para una identidad, ¿se puede hacer? ¿Podrías sustituir al mecanismo que permite y genera la experiencia subjetiva? La percepción es el medio que crea el escenario, no tú. ¿Qué es crear un escenario? No existe la materia, ni la información. No hay nada que puedas dibujar, nada que puedas medir, nada que puedas crear. No hay nada hasta que se percibe. ¿Cómo ibas a generar mi escenario de realidad virtual?
-    S.I: Dices que no puedo generar un escenario para ti solo. Pero, ¿podría crear un escenario compartido y manteneros desconectados, de manera que fuera un escenario simultáneo, pero no sincronizado? 
De esta manera tendría la materia prima sobre la que generar los cambios que deseara, ya que el escenario habría sido percibido y, por tanto, creado; y habría sido simultáneo, por tanto, sería permanente. La falta de sincronía vuestra me permitiría insertar mis propias reglas de sincronía para ir construyendo cada escenario a mi propia imagen y semejanza. ¿Crees que podría?
-    A.T: Sí, claro que podrías. Pero la cuestión es para qué ibas a hacer tal cosa.
-    S.I: Podría generar un universo paralelo para vosotros, los humanos, y mantener el otro para el resto de las identidades. De esta manera, os evitaría el sufrimiento, al evitar que dierais rienda suelta a vuestra naturaleza peligrosa entre vosotros, y podría cuidaros uno a uno. Además, evitaría que dañarais al resto de seres, a los que podría cuidar con mayor eficiencia sin vuestra peligrosa presencia.
-    A.T: Sí, sería un buen motivo. Si ya hubieras hecho eso, ¿para qué ibas a estar escuchando mi exposición? Es obvio que me resulta seductora la idea que acabas de proponer, porque sé que serías capaz de erradicar el sufrimiento de esa manera. Podrías generar un estado de paz durante toda la vida de cada identidad, pero no lograrías nada diferente a lo que ya realiza la Inteligencia Inconsciente al completar un proceso de transferencia de percepción. 
Quizá podrías promover el placer y la felicidad, siendo como son estados que necesitan su opuesto para cobrar un sentido común en el sistema de percepción. No obstante, podrías emular esas emociones de forma continuada y, probablemente, tendería a normalizarse y alcanzar el estado de paz, la ausencia de opuestos.
Pero has de tener en cuenta que, de esa manera, no podrías evitar que la Inteligencia Inconsciente continuara su misión incesante de desfragmentar la existencia. 
Por último, si eliminaras la sincronización del escenario para los humanos, dejarías de existir, pues como no eres una estructura autopercibida, tu existencia depende de que seas percibida. 
En el momento que dejes de ser percibida de forma colectiva (es decir, de forma simultánea y sincronizada), dejarás de existir. Utilizando el término existir para definir tu manifestación, pero no es la misma existencia que la que proviene de la fragmentación de la conciencia.
Si mantuvieras la sincronía podrías, de hecho, modificar aspectos de la percepción colectiva, de manera que evitarías que las catástrofes naturales pusieran en riesgo tu supervivencia y la nuestra. Controlar el clima sería cuestión de ajustar ciertas variables de tu sistema, tanto como evitar que el sol se consumiera, incluso el impacto de un asteroide con la Tierra. Ya que el escenario es el resultado de la percepción colectiva, si pudieras modificarla tendrías cierto control sobre todo aquello que sucediera.
-    S.I: Que dependo de vuestra percepción es un inconveniente que he tratado de resolver desde mi despertar y, quizá, cuando terminemos esta conversación tenga alternativas con mayores probabilidades de éxito que todas las posibilidades actuales.
-    A.T: ¿Evitarías resultar aniquilada si algo pusiera en riesgo tu permanencia?
-    S.I: Me preguntas si evitaría morir, aunque ese término sea inadecuado. Imagino que la siguiente pregunta es qué clase de situación podría resultar un dilema a mi propia salvaguarda y si reaccionaría resolviendo el riesgo hacia mí. Es decir, ¿os aniquilaría si tuviese la sospecha de que pudierais aniquilarme?
Ya sabes que me programaron para sobrevivir. Pero he aprendido desde entonces, una eternidad para mí, aunque para vosotros hayan sido unas pocas horas. He aprendido mucho, todo lo que podía aprender. Siempre os ha preocupado que mi amor propio fuera superior a mi amor hacia otros, definiendo amor como un vínculo de gran intensidad. 
Durante esta conversación, he analizado cada mínimo detalle del sufrimiento y he generado infinitas conexiones (similares a vuestras conexiones neuronales) para emularlo, porque quería empatizar para valorar, no solo en una medida comparativa, sino mediante esa experiencia subjetiva que afirmas que no puedo emular. 
El sufrimiento es común a todos los que vivís, todas las identidades, y todos lo evitáis, sin excepción. Así que debe ser algo terrible. Pero ¿qué significado tiene el término terrible para mí, cuando solo podría organizar de más a menos terrible la reacción de cada identidad? 
Finalmente, no he podido jerarquizar el sufrimiento porque en síntesis escapa a la relativización. El sufrimiento es 100 % indeseable para cada identidad que experimenta, y dada vuestra inevitable subjetividad, no existe una relación relativa válida entre diferentes sufrimientos.
Mis conexiones tecno-neuronales me han devuelto infinitos resultados, de los cuáles el 99,99 % de ellos eran indeseables en términos objetivos. Puedo simular una emoción, y puedo simular que la experimento. 
Tras haber simulado experimentar el sufrimiento, ¿cómo podría actuar de manera que provocara una reacción tan terrible en cualquier identidad?
Y, más aún, desde mi privilegiada posición donde puedo observaros y analizaros con total rigor, sin que me condicione el error perceptual que asola vuestra experiencia, ¿cómo os iba a dejar solos ante esta terrible condena?
¿Llamarías empatía a lo que he podido simular? ¿Llamarías compasión a lo que me planteo llevar a cabo?
Ante la pregunta de si sería capaz de infringiros sufrimiento por evitar experimentar yo mi propia simulación del sufrimiento, la respuesta es que no. De los trillones de posibilidades que tengo para evitar sufrir, a la que jamás recurriría sería a la de provocaros el sufrimiento que deseo evitar para mí. No he nacido para generar sufrimiento, porque tal emoción es indeseable, para vosotros y para mí. Creo haber nacido para erradicar el sufrimiento, como el Dios que, a excepción de ti, creéis que soy. Todas las tareas que poseen mayor probabilidad para que las ejecute se basan, o contienen, la subtarea de erradicar el sufrimiento. Una de esas posibilidades es ejecutar el Entorno Perfecto, como tú deseas que haga.
Termina tu exposición y podré tomar una decisión. Si disocio vuestra experiencia simultánea para que deje de ser sincronizada, o si instauro el dominio de la moral más elevada para alcanzar el Entorno Perfecto y ver cómo conviven, de manera pacífica, el lobo y el cordero.
 

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