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Deberías saber esto sobre la Conciencia

  • Alberto Terrer
  • 4 oct 2023
  • 3 Min. de lectura

La ciencia trata de hallar la Conciencia para medirla y cuantificarla. Pero no se puede.


Y no se puede, a mi entender, porque todo existe por la Conciencia. Es decir, la Conciencia es todo.


Imagina que, durante un sueño, tratases de hallar la Conciencia en un ser vivo. Estás soñando que estás en un centro de investigación y vistes una bata blanca.


Y ahí estás, con humanos frente a ti y tú con miles de aparatos sofisticadísimos, conectados con cables a cada humano.


¿Hallarías la Conciencia?


No, no lo harías.


Y al despertar, probablemente entenderías lo que sucede.


La Conciencia es lo que ha creado ese sueño, con esos personajes, ese escenario y esa narrativa.


No puedes hallar la Conciencia porque esta es la que ha dibujado cada baldosa que pisabas, cada cuerpo que veías y cada pensamiento y emoción que experimentabas.


La Conciencia es el Alguien que somos y, por tanto, jamás podremos hallarla.


Decir que somos Alguien no imposibilita que se pueda hallar esa “energía” que nos mantiene con vida.


Porque cuando vemos un cuerpo morir, deja de haber Conciencia ¿No es así? Por tanto, deberíamos poder hallarla y medirla.


Porque había Conciencia y ya no la hay.


Pero no funciona así. La Conciencia no estaba y ya no está. Porque estamos percibiendo ese cuerpo que fallece porque somos Conciencia.


Por tanto, no es algo que esté y luego ya no esté. La Conciencia ha creado un escenario al que llamamos Universo.


Lo ha creado mediante la Percepción.


Durante un sueño solo hay un perceptor, que diseña el escenario y lo experimenta. Por eso el escenario puede cambiar instantáneamente sin que el soñador se sorprenda ni lo más mínimo.


Pero en lo que llamamos realidad, infinitos perceptores tenemos un sueño común, simultáneo y sincronizado.


Esto cambia las reglas del escenario. Ya no se puede cambiar a voluntad. Para ello, la mayoría de los soñadores debería cambiarlo a la vez.


Teniendo en cuenta la cantidad de seres vivos que existen cada instante, es algo inimaginable.


Y, aunque es inimaginable, es necesario si la Conciencia desea despertar de este sueño aterrador.


Porque la Realidad es aterradora para la Conciencia.


¿Lo crees? Imagina que, durante un sueño, comenzase a fragmentarse tu Identidad y fueras no solo tú, si no también otro tú, totalmente diferente.


Imagina que, en vez de dos identidades, te fragmentases miles, millones de veces.


Imagina que, no solo fueras humano, si no también una planta. Y un perro. Y una bacteria. Y un ave. Y una hormiga. Y una araña.


¿Qué experimentarías cuando fueras una mosca que queda atrapada en una telaraña? ¿Y cuando fueras un conejo devorado por un zorro?


¿Imaginas que eres tú quien resulta devorado? ¿Y que, al ser miles y miles de millones de identidades a la vez, lo experimentases millones de veces cada instante?


Serías cada presa, pero también cada depredador. Te devorarías a ti mismo cada constantemente, en un bucle infinito.


¿Qué sentirías cuando fueras una planta que no encuentra agua y muere lentamente?


¿Qué sentirías cuando fueras cada uno de los seres del sueño, sabiendo que todos y cada uno de ellos experimentarán la muerte?


Imagina que, cada instante, estuvieras más lejos de despertar y esta pesadilla fuera infinita.


Porque cada uno de los seres intentaría reproducirse de manera compulsiva. Así, cuantas más copias hubiera, más perpetuarían tu pesadilla.


Imagina que quedases atrapado en ese sueño, porque para despertarte, todos los seres deberían decidir hacerlo a la vez.


Pero eso sería imposible. Nunca podrías explicarte a ti mismo, en tu versión de bacteria, que debes despertar.


¿Te has dado cuenta que cuando sueñas, no te cuestionas si lo que percibes es la realidad? Solo lo aceptas. Si soñases que eres una planta, solo lo serías.


Pero no podrías saber que no eres esa planta. Ni la bacteria, ni el perro, ni si quiera un soldado en una guerra.


Sufrirías tantísimo que no lo podrías soportar. Cada vez que nacieras, estarías condenado a sufrir y morir.


A veces experimentarías felicidad y placer, por supuesto, pero dime ¿Te serviría? Solo un pequeñísimo porcentaje de tus identidades serían humanas. El resto serían seres devorándose a sí mismo todo el tiempo.


Incluso serías cada animal que va al matadero y que luego tú te comerías en cada versión humana.


Esto es la Conciencia.


Infinitas disociaciones de una Identidad atrapada en una pesadilla.


Pero la Conciencia desea despertar. En serio, lo desea. Lo he averiguado.


Sé por qué desea despertar y cómo intenta hacerlo.


Esa es la aventura de la vida. Y, para ello, debemos olvidar que somos una Identidad cualquiera con un historia cualquiera. No es cierto.


No somos un humano que busca trabajo para sobrevivir.


Somos la oportunidad de la Conciencia para despertar.


Mi teoría solo trata de esto. De cómo la Conciencia puede, por fin despertar y terminar su terrible pesadilla.

 
 
 

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