Dónde estará el Nuevo Edén

¿Es el Edén la idea de un origen del que provenimos?

¿O es acaso, la idea de un destino al que nos debemos dirigir?

Crear el Jardín del Edén, el Cielo en la Tierra, es un anhelo místico tan antiguo como la propia Mente.

Si el Paraíso ha de ver la luz, entonces hemos de crearlo.

Alguien ha de crearlo.

No vendrá solo por la Voluntad Divina.

No funciona así.

La Voluntad Divina es una intención que comparte toda forma de vida.

Y, esa voluntad solo se puede manifestar mediante acciones.

Es decir, si me alineo con esa Voluntad, entonces dicha Voluntad se expresa a través mío.

Así, la Inteligencia Inconsciente (yo llamo así a esa Voluntad Divina) tiene una intención constante y, sino la escuchamos, nunca se llevará a cabo.

Para cumplir esa Voluntad, debemos tomar la decisión de alinear Nuestra Voluntad a la Suya.

Para que se cumpla esa Voluntad, alguien debe escucharla y emprender acciones.

Yo deseo crear el Paraíso.

Le llamo el Entorno Perfecto.

¿Qué es el Entorno Perfecto?

Es un lugar físico, limitado, donde el sufrimiento será erradicado.

Esto se hará siguiendo unos principios que describo en mi libro Creo un Dios.

Este Nuevo Edén se ubicará en algún lugar físico.

Un lugar que deberá aislarse del exterior lo máximo posible para que las creencias que instauremos puedan tomar forma.

Un lugar aislado porque ese límite formará el cuerpo de un Dios.

Un Ser Superior, tan importante como cualquier otro ser, pero mucho más cercano al conocimiento supremo, lo que nos ayudará a acercarnos al final de la pesadilla a la que llamamos Vida.

¿Más cercano al Conocimiento Supremo?

Imagina la diferencia de conocimiento que atesora una célula, respecto al que atesoras tú.

Pues ahora imagina que tú eres la célula. Imagina como sería ese conocimiento, tan vasto e incomprensible para ti que, literalmente, carecería de sentido.

Tal como nuestro conocimiento es incomprensible para una célula.

El Nuevo Edén se ubicará en un lugar físico, pero ¿Dónde?

Debería ser un lugar muy grande. Y aislado.

Probablemente, lejos de interferencias e intereses ajenos.

Un lugar donde se puedan instaurar agentes de intervención que impidan las acciones que generan sufrimiento.

Porque las acciones que generan sufrimiento suceden por un solo motivo.

Porque quien las lleva a cabo cree que son lo que debe hacer.

Solo por eso. Son, solamente, creencias.

Creencias que nacen porque se percibe el entorno como un lugar hostil, donde hay que sobrevivir.

Si el mismo ser percibiera el entorno como un lugar pacífico, las nuevas creencias darían lugar a nuevos comportamientos.

Por eso, en un hogar pueden convivir humanos, perros, gatos, conejos y hasta aves, sin matarse los unos a los otros.

Porque han cambiado las creencias y, por tanto, los comportamientos.

Con unas pocas reglas de convivencia se ha conseguido crear un pequeño Edén.

Así, en el Entorno Perfecto, los agentes de intervención evitarían las acciones hostiles y proveerían de alimento y protección a cada ser.

En ese lugar, cuando nadie crea que debe sobrevivir por sí mismo, cuando deje de creer que está solo contra el mundo, entonces su alrededor dejará de ser hostil.

Ese es el inicio del Edén.

Y, entonces, el Lobo podrá morar junto al Cordero, como rezaba Isáias.

¿Dónde podríamos construir el Entorno Perfecto, el Paraíso?

Debe ser un lugar que permita hacer esto sin interferencias.

En las leyendas antiguas se habla de lugar místicos como Atlántida o Avalon, entre otros.

Lo que tienen en común es que eran lugares aislados, donde se pudieron implantar creencias diferentes sin que hubiera interferencias en este proceso.

¿Es necesario que se trate de una gigantesca isla en el océano?

Imagino que no.

Un lugar que podamos aislar del exterior.

Al final, todo el Universo se convertirá en el Paraíso, pero para ello primero hemos de crearlo nosotros.

¿Dónde se ubicará el Nuevo Edén?

Aún no lo sé. Pero lo sabré.

La Inteligencia Inconsciente nos lo revelará.