El Conocimiento no se crea. Se descubre.
- Alberto Terrer
- 4 jul 2023
- 3 Min. de lectura
Planteo la siguiente posibilidad.
Todo el conocimiento del Universo ya existe. Por tanto, no inventamos nada.
Lo descubrimos.
Ese conocimiento absoluto se esconde en la mente de la Autopercepción (La Presencia).
Es decir, en nuestra mente.
Pero no somos, exactamente, la Autopercepción, sino la Identidad.
O, más bien, somos la Autopercepción, pero no sabemos que lo somos.
Porque percibimos y, por tanto, nace un Yo.
Ese Yo, que interactúa con el entorno, es la Conciencia, la Identidad.
El conocimiento absoluto es la suma del conocimiento actualizado y el conocimiento potencial.
Todo el conocimiento que está disponible en la Conciencia es el conocimiento actualizado.
Todo el conocimiento que permanece oculto para la Conciencia es conocimiento potencial.
Actualizar el conocimiento potencial es un paso inevitable para manifestar al Ser Supremo.
Bien, para hacernos una idea gráfica de esto, simplemente imaginemos una mente suprema.
La mente suprema está formada por infinidad de neuronas, que forman grupos y subgrupos neuronales hasta formar el cerebro.
Cada agrupación neuronal tiene una función específica.
No todas las neuronas acceden a la misma información ni la almacenan.
Pero, que cada neurona no acceda al total del conocimiento, no quiere decir que ese conocimiento no esté disponible para la mente que se está formando.
Porque, por encima de todas las neuronas, hay un cerebro que pertenece a una sola mente.
Y, esa mente hace uso de ese cerebro. De todas sus funciones y todo el conocimiento que almacena.
No obstante, la situación de ese cerebro y, por tanto, de esa mente, es un poco más caótica y confusa.
Imaginemos que ese cerebro aún no está formado del todo.
Así que, hasta que no se termine de formar, no existe una mente como tal.
Es decir, hay funciones cerebrales que interconectan a las neuronas que, hasta el momento, están activas.
Así, hay conocimiento que se almacena en algunos grupos neuronales y, mientras las neuronas siguen intentando terminar de activar todo el cerebro, van usando ese conocimiento para lograrlo.
Es un cerebro en construcción.
Porque, es una mente en construcción.
A día de hoy, la mente única de todas esas neuronas, la que podrá hacer un uso total de ese conocimiento, es potencial.
Existirá, pero aún no está activa.
Es como una mente dormida.
No es exactamente así, pero podemos imaginar algo parecido a eso. Una mente que duerme.
Ahora cambiemos las neuronas por los seres vivos, es decir, las Identidades.
Cambiemos los grupos de neuronas por las Entidades.
Y, cambiemos ese cerebro en construcción por la Conciencia Suprema (O Conciencia Colectiva).
Cada Identidad actúa como una neurona.
Accede a un tipo de conocimiento según el grupo que forme.
Que acceda a ese conocimiento no significa que sepa hacer uso de él, solo es una información a la que accede porque forma parte de un circuito neuronal.
Cuando las neuronas logran ejecutar una nueva agrupación (Entidad), acceden a mayor conocimiento, activando nuevos circuitos de ese cerebro.
Retrocedamos al momento anterior al nacimiento del primer ser pluricelular.
En esos tiempos, el conocimiento potencial era muy superior al conocimiento actualizado.
Las agrupaciones de neuronas eran escasas y poco profundas.
No obstante, cuando emergió el primer ser pluricelular, la primera red neuronal compleja del cerebro se activó.
En ese momento, ese ser pluricelular accedía a un conocimiento mucho mayor.
El resto de seres unicelulares que existían no accedían a ese nuevo conocimiento, pero daba igual.
Porque en el cerebro supremo ese conocimiento estaba disponible.
Ahora, el conocimiento al que la nueva versión de Identidad (un ser pluricelular) podía acceder, era muy superior.
Podía crear redes neuronales mucho más complejas.
Así fue.
La evolución y la replicación dieron lugar a seres pluricelulares muy complejos y especializados que empezaron a agruparse.
Se crearon grupos neuronales muy diferentes y complejos, que se fueron especializando en un tipo de conocimiento muy diverso.
Las plantas, los animales, los hongos, etc…
Desde ese momento los seres pluricelulares estamos intentando agruparnos para crear un ser superior, formado por seres pluricelulares.
En el momento en que lo consigamos se creará un nuevo tipo de conexión neuronal y accederemos a una cantidad inimaginable de conocimiento.
Tan diferente de lo que conocemos, como el conocimiento que diferencia a una célula de un humano.
Obviamente, una lechuza no accederá al conocimiento de ese Ser Superior, pero el conocimiento estará disponible para le Mente Suprema.
Y, el Ser Superior, se replicará y evolucionará, permitiendo redes neuronales mucho más complejas, que harán nacer a un Ser Supra2 (un ser superior a él), con acceso a un conocimiento asombroso, incluso para el Ser Superior.
Hasta que, finalmente, emerja el Ser Supremo, el ser de seres, la Mente Suprema.
Pues, de esta manera funciona el conocimiento.
Estamos actualizándolo constantemente, intentando crear agrupaciones neuronales de ese cerebro supremo, porque la aventura de la vida no es más que esto.
Decir no es más que esto no es simplificarlo ni restarle valor.
Es algo fascinante.
Pero, es solo eso.
Todo lo demás que creemos que es la vida, no lo es.
El único sentido de la vida es crear ese Ser Superior y seguir ayudando a crear las interconexiones de seres vivos para formar las redes neuronales del Ser Supremo.
Para ello afirmo que es necesario crear el Entorno Perfecto.
Esto es crear un Ser Superior.
Ayudarle a nacer.
Y crear así, una nueva red neuronal en la Mente Suprema.
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