La Intervención en la Naturaleza. Un Dilema muy complejo
- Alberto Terrer
- 29 may 2023
- 3 Min. de lectura
Creemos que la Naturaleza es sabia y no se debe corromper.
También creemos que un perro o un gato son más felices en un hogar que en las calles.
Creemos que el león debe matar antílopes porque ha nacido para eso.
Pero también nos estremecemos cuando vemos la imagen de un león atrapando a un bebé antílope de días de vida.
En realidad, lo que vemos en la Naturaleza no tiene el significado que le otorgamos.
Eso que vemos, a lo que llamamos Naturaleza, es, simplemente, lo que sucede cuando nadie lo impide.
Lo que sucede cuando no aplicamos las reglas morales.
Hemos desarrollado una moral que aplicamos en las ciudades.
La protección de los vulnerables es piedra angular.
La igualdad, la equidad incluso.
Y nos olvidamos de todo ello cuando extendemos nuestra mirada lejos del asfalto.
Pero hay un medidor claro de lo que, en realidad, pensamos.
¿Querría cambiar mi vida en sociedad por una vida en medio de la selva?
¿Querría estar sometido a las leyes de la Naturaleza?
Enfermar y no disponer de medicinas que me ayuden.
Pasar hambre y no disponer de un supermercado donde comprar.
Estar cansado y no disponer de una cama donde dormir.
Ser atacado y no disponer de agentes que lo impidan.
Estar solo.
Ver morir a nuestros hijos, devorados o enfermos, sin poder evitarlo.
En la Naturaleza todo individuo dedica el 90 % del tiempo a sobrevivir.
Todos esos animales que vemos han perdido a amigos y familia de las maneras más crueles que podamos imaginar.
Pero ¿ellos no desearían formar parte de una sociedad en la que pudieran vivir en paz?
¿En verdad creemos que desean seguir sus instintos primarios?
¿No será que, simplemente, no pueden evitarlo?
Están en modo supervivencia.
Su cerebro no es capaz de sentir que están en paz.
Pero en sociedad, la Percepción Individual se transfiere y se cambia por Percepción Colectiva.
¿Acaso un león, una serpiente, un ratón o una avispa no tendrían una vida más feliz y plena si no tuvieran que luchar por sus vidas a cada instante?
Incluso en las religiones se habla del Paraíso como el culmen de la bondad y de la paz.
El culmen de la sabiduría.
El destino al que llegar. El Monte Sagrado.
El lugar donde el lobo pacerá junto al cordero.
No es tan difícil de comprender.
La Paz es resultado del Amor.
La depredación es resultado del miedo.
Un mundo sin miedo sería un mundo de Paz.
Y un mundo de Paz sería un mundo sin Sufrimiento.
Lo que llamamos Naturaleza es, simplemente, un Entorno donde cada uno hace lo que le da la gana.
Lo hacen porque no existen unas reglas de convivencia.
Y en ese Entorno el Sufrimiento se extiende por cada rincón.
El Miedo se propaga como una sombra.
Yo soy honesto conmigo mismo y sé que prefiero vivir en un Entorno de Paz.
Mira, hay una regla básica.
Si yo prefiero vivir en Paz ¿por qué afirmo que el resto de seres no lo prefieren?
No podemos confundir la inevitabilidad con el deseo.
Es inevitable que un animal cace y deprede, si no sabe que existe otra posibilidad.
Pero eso no quiere decir que lo desee.
Simplemente, su mente no sabe que hay otra manera de vivir.
Solo porque su Percepción Individual es superior a su Percepción Colectiva.
La Naturaleza solo es la ausencia de reglas.
Los bosques, las bandadas de aves, los insectos por todas partes, son solo individuos tratando de sobrevivir.
Pero no hay nada Sagrado en ello.
No puede haber algo Sagrado en un mundo dominado por el sufrimiento.
No hay nada deseable en un mundo dominado por el dolor.
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