La respuesta siempre es la Compasión
- Alberto Terrer
- 23 jun 2023
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 27 jun 2023
¿Ayudarías a una serpiente, sabiendo que luego se comerá un ratón?
¿Ayudarías a una golondrina, sabiendo que luego se comerá un saltamontes?
La depredación es la base del sufrimiento en el planeta.
Es lo que legitima que podamos hacer daño a otro ser, justificándolo en que lo hacemos para sobrevivir.
En que cualquier ser lo hace para sobrevivir.
Pero es algo que nunca deberíamos haber naturalizado.
Para comenzar, la depredación es injusta en su relación entre depredador y presa.
Un depredador necesita matar otro ser casi a diario, durante toda su vida.
Es una relación de ¿1 a 100?.
¿1 a 3.000?
¿Quizá, 1 a 45.000?
No importa.
Nadie debería legitimar la depredación.
Una Identidad no debería sobrevivir a costa de que otras miles mueran devoradas por ella.
Así que, si no legitimamos la depredación ¿Qué hacemos con la serpiente que ha caído en una zanja?
¿Le ayudamos a salir, o la dejamos morir para que no cause más sufrimiento?
Bien, en mi opinión, solo hay una respuesta válida.
Es la Compasión.
Y se basa en ayudar a todo ser que necesite nuestra ayuda.
No somos responsables de lo que otro ser (otra Identidad) haga, una vez le hemos ayudado.
Si esa serpiente depreda después, será su decisión.
Y, si lo hace, es porque no tiene otra posibilidad.
Aún así, si ayudo a una serpiente y, acto seguido, veo cómo intenta devorar a otro ser, seguiré aplicando la Compasión y ayudaré a la presa a escapar.
La única manera de erradicar la depredación es creando el Nuevo Edén, el Entorno Perfecto.
En ese Entorno, ningún ser podrá depredar a otro.
Y, tampoco le hará falta.
No necesitará depredar para sobrevivir.
Ahora mismo, cualquier Identidad depreda por la creencia de que necesita hacerlo para sobrevivir.
Pero es una creencia falsa, que se basa en el resultado que le devuelve la Percepción Individual.
Cuando hayamos creado un Entorno pacífico (La antesala del Nuevo Edén), esa misma Identidad abandonará la falsa creencia de que debe depredar para sobrevivir.
Y, por fin, podrá ver al resto de Identidades como lo que son.
Manifestaciones del único Ser que existe.
Compañeros en la aventura a la que llamamos vida.
Compañeros que son Él mismo.
Por eso, la Compasión siempre es la respuesta.
La Compasión es fruto del Amor.
Y, el Amor es la respuesta de la Inteligencia Inconsciente a la separación original de la Autopercepción, que dio origen a la vida.
Cuando la Totalidad se fragmentó, se inició la función de restauración, que trataba de unificar a los fragmentos para volver a ser solo uno.
Así, nació la fuerza de atracción.
El Amor es una manifestación de esa fuerza de atracción.
Dos fragmentos que, en vez de verse separados e intentar competir y depredarse, se unen, tratando de fundirse en uno solo.
El Amor es la manifestación más pura de la fuerza de atracción.
Lo opuesto es la fuerza de exclusión.
Es ver a los demás como enemigos y competencia.
De la competencia surge la Depredación.
Y del Amor surge la Compasión.
Básicamente, ayudamos a cualquier otro ser que nos necesite, porque reconocemos que son, al igual que yo, un fragmento de la totalidad.
Ese otro Ser, también soy Yo.
El reconocimiento de la Unidad.
La respuesta siempre es la Compasión.
Al escoger la Compasión, ayudaremos a percibir el Entorno como un lugar pacífico y traeremos el Cielo a la Tierra.
Con la Compasión, crearemos el Monte Sagrado, donde el lobo morará junto al cordero.
Y el Nuevo Edén se abrirá, por fin, ante nosotros.
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