¿Por qué el mundo despierto es más permanente que el mundo dormido?
- Alberto Terrer
- 16 jun 2023
- 2 Min. de lectura
Cuando despierto de un sueño, el mundo sigue como antes de dormirme.
¿Por qué, al dormir, habito mundos cada vez diferentes y no puedo continuar un sueño por donde lo dejé?
La permanencia de lo que llamamos realidad es el motivo por el que creemos que un sueño no es real.
Es decir, cada vez que dormimos, habitamos universos que hemos creado.
Pero le llamamos irreal.
Y al despertar, a eso que percibimos, le llamamos realidad.
Siendo que la realidad es aquello que percibimos.
La única diferencia entre el estado del sueño y el estado despierto es la permanencia.
¿A qué se debe esta permanencia?
Básicamente, creo que se debe a este hecho:
Es un escenario compartido y sincronizado.
Imagina un videojuego de los de antes.
De esos que no se conectaban Online.
Cuando encendías la videoconsola, aparecía el juego.
Cuando apagabas, el juego terminaba y, al comenzar, se iniciaba ese universo de nuevo.
Pero el universo del videojuego dejaba de existir mientras la videoconsola estaba apagada.
Sin embargo, con los videojuegos online, cuando apagas tu partida, otros cientos de miles de jugadores continúan sus partidas.
Así que, cuando te conectes de nuevo, esta no empezará desde cero para ti. Te incorporarás al Universo, como si hubieras ido a dormir.
En el Universo al que llamamos Realidad, hay una infinidad casi incontable de Identidades percibiendo de manera simultánea y sincronizada.
Son los jugadores online del mismo juego.
Por eso, cuando duermo, en ese Universo que solo percibo yo, la partida termina cuando despierto, o cuando cambio de sueño.
Entonces ¿Hay alguna diferencia entre ambos estados de Conciencia?
Claro, la hay.
La diferencia es que la Conciencia se ha fragmentado en cada Identidad que percibe en el estado despierto.
Y la Presencia, la Autopercepción, desea desfragmentarse para restaurarse de nuevo.
Y, mientras el sueño siga siendo de más de un perceptor, no terminará jamás.
Dicho de otro modo, la Conciencia desea despertar.
Pero para hacerlo, todas las Identidades deben despertar.
Y, para despertar, todas las Identidades deben querer despertar.
Y para querer despertar, deben saber que están durmiendo y que ellas pueden, y saben, despertar.
Si todos fuéramos humanos, algo podríamos hacer.
Quizá, un acuerdo colectivo.
Pero ¿Cómo le explicas a una bacteria y a un hongo esto mismo?
Infinidad de seres de diferentes especies despertando a la vez por decisión voluntaria... ¿Te imaginas algo así?
La Conciencia debe desfragmentarse para volver a ser un solo ser, el Ser Supremo.
Y, por fin, este único ser podrá tomar la decisión única y voluntaria de despertar.
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